Tened cuidado si vuestra Alma es estrecha de miras, si no buscáis la belleza en una gota de agua, si no amáis aún sabiendo que os producirá una herida tan profunda que jamás cicatrizará, si sois adultos.
Bribirblibli.
El camina despacito, que las prisas no son buenas.
¿Las palabras se las lleva el viento? Eso dicen y puede ser que así sea. Decimos tantas a lo largo del día e igualmente las escuchamos. Pero si cuando te vas a dormir intentas recordarlas seguramente no seas capaz, porque no son importantes, no has prestado atención o simplemente porque no. En cambio hay algunas palabras o frases que te perseguirán toda tu vida. Desde el mismo instante que las lees o escuchas las recuerdas siempre, pues tienen tanta importancia y peso en tu interior, que el viento no puede con ellas y ahí se quedan, junto a ti. Pueden ser buenas o mañas, que te recuerden a la persona que las dijo, a un momento en concreto o a cualquier cosa, que no te gusten y quieras olvidaras pero no puedas o que a simple vista parezcan indiferentes, pero si están ahí es por algo y las palabras son cosas que no se pueden ignorar. Hieren, ayudan, entristecen, alivia, duelen, alegran, hunden, salvan. A si que, hay que saber utilizarlas como quieres en cada momento, hay que saber dominar las palabras.
Hoy no me derrumbo.
Ellos no son tontos, pero siempre quieren más.
Más grande que la tranca de Nacho Vidal, más difícil que un partido con Rafa Nadal, más malvado que el bigote de Aznar, soy más extraña que el cuerpo de Mercedes Milá. Más negro que el sobaco de Zaplana, más feo que Belen Esteban bostezando y en pijama, más nostalgico que ver por la ventana, más estilo que ayer pero menos que mañana. Más flow que las pizzas Dr.Oetker, más lujuria que Sarkozy y Angela Merkel, más show que Nirvana destrozando todo, más imparcial que los informativos Nodo. Más arte que ¿tú qué dirías? más salvaje que Batista, más artista, mas loco que Pocholo de porros con el Bautista. Más células que el doctor Punset, mas ambicioso que la mente de Isabel Coixet, más pobre que una ensalada sin sal, más rico que Estados Unidos robando petróleo a Irak. Más rojo que un Ferrari, más mandangas de las que fumaba el Fary, más estilo y más diseño que París, más rapeos y mejores que cualquier MC. Más cabeza que cuerpo como Doraemon, más evolucionado que tu Digimon, más helado que Walt Disney en invierno, más caliente que Anastasia Mayo en el infierno. Más inestable que la nitroglicerina, tengo más morbo que espiar desnuda a tu vecina, más absurdo que el racismo, más abstracto que Fernando Arrabal hablando del mineralismo.Más pequeño que las celulas de Angel Martín, más blanco que la niña de The Ring con protección, más recursos que Macaulay Culkin solo en casa, más sabroso que el conejo color carne con salsa. Más cerrado que la mente de Rajoy, mas abierto que las piernas de Sonia Monroy, más efimero que el beso que te causa impacto, más perfecto que el reloj en el segundo exacto. Mas cabrón que el alcohol del After Save, más perdido que el papa en una rave, más cifrado que el teléfono del rey, más diablo que los simbolos del 666. Más cojones que Hugo Chavez, más sincero que House, más forrado que el camello de Amy Winehouse, más de lo que tengo es todo lo que doy, más espontáneo que la risa del artista Joan Eloy.
Yo he descubierto la capacidad de ser feliz sin necesidad de aparentar más, consumir más, de tener más de ganar más, basta ya.
Inteligencia al poder.
Vamos a ver, pensemos un poco y seamos razonables.
Analicemos a una persona normal y corriente. Tiene dos ojos, dos oídos, dos brazos, dos piernas y una boca.
¿Y no será por algo?
Pues porque hay que observar más, escuchar más, ayudar más, moverse más y hablar menos.
Porque seguramente las cosas de los demás sean mil veces mas importantes que las tuyas, a si que hay que aprender a callarse un poco, de vez en cuando.
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